Santo Domingo de Silos, Bartolomé Bermejo

santo domingo de Silos, Bartolomé Bermejo

(S. XV)

Es la obra más importante de la pintura hispanoflamenca y su autor, el responsable de introducir la técnica al óleo y el estilo flamenco a la corona de Aragón. Bartolomé Bermejo, natural de Córdoba, trabajó en Valencia, donde asimiló las influencias flamencas y las del quattrocento italiano para llevarlas al arte gótico aragonés añadiendo complejidad al panorama pictórico español y que allanó el camino para las posterior llegada del la pintura renacentista.

Esta obra fue encargo de Santo Domingo de Silos para el retablo mayor de la iglesia con su mismo nombre en Daroca, Zaragoza.

En ella vemos a Santo Domingo entronizado como obispo con los elementos representativos que son el báculo en su brazo y la mitra sobre su cabeza, en una posición frontal y con la mirada fija. 

La fuerza y la monumentalidad de la obra son un reflejo de la fuerza cultural y religiosa que tenía la Iglesia de Santo Domingo en aquel momento dentro de la corona de Aragón.

Se puede decir que esta obra de transición del gótico al renacimiento, conserva aún técnicas del gótico pero ya se pueden apreciar de forma muy clara las influencias flamenca e italiana que hacen que la obra sea más compleja y realista.

Los rasgos góticos están presentes en un trono sobre el que se sienta el Santo, un trono claramente gótico, acabado en pináculos con tendencia a la verticalidad. En él aparecen representadas las figuras de las siete virtudes: humildad, generosidad, castidad, paciencia, templanza, caridad y diligencia. El segundo aspecto gótico que contemplamos es la amplia presencia del oro.

las innovaciones de la pintura flamenca están presentes en los marcados pliegues angulosos de las vestiduras y en los llamativos colores gracias a la introducción del óleo. En este caso, al aplicar el óleo sobre el oro, los colores destacan aún más, siendo una técnica característica del hispanoflamenco aragonés.

Como técnicas importadas del quattrocento italiano, destacamos el estudio de la luz, una mayor perfección técnica, y un gran detallismo como podemos ver en la capa del Santo, en la que el pintor recrea a la perfección la técnica de la transparencia y donde representa la figura de siete santos.

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